La industria del calzado deportivo, tal y como la conocemos hoy día comenzó con las Converse All Star, un sueño americano que comenzó cuando el señor Marquis Mills Converse, de Malden-Masachusets fabricó las primeras zapatillas con suelas de goma en 1917. Desde entonces la industria del calzado deportivo ha centrado siempre todos sus esfuerzos en tratar de conseguir mejorar: · la comodidad
· la sujeción del pie a la zapatilla
· la amortiguación
· el grip (el agarre e la suela a la superficie…)
y como no siempre intentando conseguir que fuera un calzado flexible y ligero…
OBSOLESCENCIA PROGRAMADA
Y desde el 1932, tan sólo quince años después de que Converse lanzara sus All Star, y debido a la gran depresión, generación tras generación fuimos acostumbrándonos a la obsolescencia programada.
El primer producto afectado por la obsolescencia programada fue la bombilla incandescente.
Thomas Alva Edison había creado un prototipo de bombilla que tenía una duración de 1500 horas con el objetivo de que fueran bombillas lo más duraderas posible, sin embargo todo cambió cuando para terminar con la crisis y a falta de conciencia ecológica, los consumidores comenzaron a tolerar que los productos tuvieran un periodo de vida finito.
Gobiernos y fabricantes se pusieron de acuerdo y estipularon unos standards para que los productos tuviera una fecha de caducidad. No tan sólo las famosas medias de nailon irrompibles de DuPont desaparecieron para siempre de las tiendas para dar paso a unas que se rompían con el roce de una uña si no que el marketing, con sus campañas, con sus diseños vanguardistas y con su promesa de un futuro mejor fue convenciéndonos gradualmente de que lo normal era que los productos se desgastaran relativamente rápido con el paso del tiempo, y el concepto de obsolescencia programada fue extendiéndose entre los fabricantes, lo que desde entonces acabó afectando la calidad y durabilidad de todo tipo de productos.
EL IPOD QUE AGOTABA SU BATERÍA
Un caso que tal vez recordéis los de la generación de los 80s y 90s es el iPod.
El iPod causó controversia debido a que su batería no tan sólo era de corta duración, si no que dejaba de ser recargable a los pocos meses de uso y era totalmente irreemplazable. Su batería había sido diseñada para que durara sólo 18 meses, suficiente tiempo para que los consumidores pensaran que ya era hora de reemplazarlo por el siguiente modelo de Apple, fabricado y anunciado como un objeto de vanguardia imprescindible en nuestras vidas.
LLegados al siglo XXI esta práctica ha creado un creciente malestar entre los consumidores, seguramente debido a las diferencias sociales y salariales cada vez más acentuadas que han conseguido que la masa social y en especial la juventud haya decidido dejar de seguir el ritmo impuesto por las multinacionales y por las cadenas de moda rápida que siguen lanzando nuevos productos semanal o mensualmente.
Los mercadillos y las tiendas de segunda mano son cada vez más populares entre la gente joven o de espíritu joven y el movimiento anti consumista es cada vez más latente. Activistas, medios de comunicación, organizaciones y consumidores y varias empresas están llevando acciones para revertir el consumismo masivo y el primer mundo ya ha comenzado a cambiar sus hábitos pero el planeta ya hace tiempo que está dando claras señales de agotamiento. De modo que las marcas deportivas multinacionales han tenido que pensar en cómo podían seguir produciendo grandes cantidades de zapatillas sin resultar insostenibles y en lo que inicialmente era un problema han encontrado una nueva forma de producir más ecológica y rentable.
Para averiguar cómo pueden seguir siendo los mejores en una industria que genera 80 Billones de dólares anuales
las marcas han tenido que viajar al futuro!
LA ACTUALIDAD
Estamos en el 2020, y en el mercado del calzado deportivo tenemos a nuestra disposición modelos de zapatillas con uppers (partes superiores) de una sola pieza, ligerísimas, con suelas reactivas y amortiguaciones que han conseguido reventar récords de Maraton y de 10K, y ya se construyen con materiales reciclados que pueden incluso desaparecer auto reciclándose al sumergirse en una especial solución de agua. La sostenibilidad, la producción robotizada, el 3D…
SNEAKER TECHNOLOGY
La próxima industria de la tecnología de zapatillas incluirá un mercado de zapatillas inteligentes, que cobrarán vida y que se ajustarán a las necesidades de un atleta en función de su actividad física, que se crearán con materiales sostenibles y que se imprimirán en 3D en unas pocas horas cerca de su lugar de trabajo o de residencia.
Ahora, el mundo de las zapatillas tecnológicas está todavía en pañales, pero en todo el mundo, las compañías están lanzando zapatillas que nos muestran un pequeño atisbo de lo que podremos esperar del futuro tecnológico de las zapatillas…
adidas ha revolucionado la fabricación del calzado deportivo mediante un método de producción masivo que utiliza tecnología de impresión 3D
Hasta ahora prácticamente toda la producción mundial de adidas se había concentrado en China, Indonesia y Vietnam, pero las nuevas Speedfactory ubicadas en Ansbach, Alemania y en Atlanta (EEUU) comenzaron a operar en el 2017 y 2018 respectivamente con la misión de asumir una producción anual estimada en 500 mil pares de zapatillas, denominadas high tech, y con el objetivo de acabar asumiendo un 50% de la producción total de adidas.
adidas, que produce 300M de pares al año, e históricamente ha dependido de la mano de obra barata en Asia para poder mantenerse competitiva, ha visto como el aumento de la calidad de vida en esos países y los costes ecológicos derivados le indicaban que debía reinventarse para poder seguir siendo la segunda mejor marca deportiva del mundo (con el objetivo de intentar convertirse en la primera!) De modo que la revolucionaria producción mediante impresión 3D ha sido clave en el desarrollo de sus nuevos planes de futuro. La Seedfactory reducirá costes y materiales. Una zapatilla que antes necesitaba de infinidad de piezas y materiales ahora puede producirse con tan sólo una parte superior y unas pocas piezas auxiliares. Con la totalidad de todos los componentes de una zapatilla hechos bajo el mismo techo por robots pueden lanzarse nuevos modelos de zapatillas en plazos de días en lugar de semanas.
FUTURECRAFT
Además, las adidas Futurecraft, que ya han sido producidas con la innovadora tecnología de impresión 3 y 4D: Digital Light Synthesis creada por la compañía de tecnología Carbon, pueden reciclarse por completo tras su uso, entregándoselas a adidas para que las lave, las triture y las funda para poder crear hilo que servirá para producir unas nuevas Futurecraft, cerrando el círculo de la vida de una zapatilla con cero desperdicios.
LA SOSTENIBILIDAD
Cada año se producen 20 mil millones de zapatillas, por tanto la sostenibilidad es uno de los principales pilares de la nueva era de producción del calzado deportivo en el mundo. Con el paso del tiempo el número de zapatillas producidas con materiales sostenibles va en aumento y es probable que antes del 2025 llegue a convertirse en un standard. Como decíamos adidas ha sido una de las primeras grandes marcas en apostar por la sostenibilidad, asociándose con la organización Parley y creando una línea de productos que se confecciona con los plásticos reciclados recogidos de los océanos, que les permiten por ejemplo crear una zapatilla por cada 12 botellas de plástico.
BIODEGRADABLES
adidas a apostado por cambiar los standards de producción y ha invertido también en el desarrollado de unas fibras biodegradables denominadas Biosteel. Un material increíblemente fuerte y duradero, que puede además presumir de ser uno de los primeros materiales Veganos y anti alérgicos de la industria.
El Biosteel es un 15 por ciento más liviano que otras fibras sintéticas comparables, lo que les convierte no tan solo en una excelente alternativa para el medio ambiente, sino también en material revolucionario para la producción de calzado para el deporte de competición, que dispondrá de unas zapatillas más ligeras todavía. El tejido Biosteel es un material no se descompone ni desgasta con el tiempo, de modo que cuando por ejemplo el desgaste o deformación de las suelas indica que las zapatillas han llegado a su fin, en lugar de tirarlas a la basura estas zapatillas estarán preparadas para poder ser sumergidas en una solución de agua con una enzima digestiva llamada proteinaise, que las descompondrá en 36 horas.
Y adidas no es la única que ha concebido proyectos de zapatillas 3D y Biodegradables.
UNDER ARMOUR ARCHITECHT
Under Armour también ha sido una de las primeras compañías en utilizar la tecnología impresa en 3D y ha estado perfeccionando su sistema de producción ArchiTecht para que los atletas, a los que ha dirigido inicialmente este proyecto puedan beneficiarse al máximo de esta tecnología.
SHOETOPIA
Y con menos recursos y presupuesto también está Shoetopia, un proyecto desarrollado por dos estudiantes de diseño polacos que ha utilizado también materiales biodegradables pero que además permite a sus usuarios diseñar e imprimir sus zapatillas en 3Dimensiones. La app Shoetopia dispone de una serie de diseños preconcebidos que pueden customizarse a tu gusto fácilmente y que mediante la cámara de fotos de tu smartphone, que hará funciones de scanner, reconocerá las dimensiones de tus pies para que las zapatillas impresas se ajusten perfectamente.
Una vez recogido el diseño y las medidas la aplicación transforma el modelo en un archivo que se envía a un centro de impresión 3D donde mediante una técnica que les permite imprimir directamente sobre una base textil, producirán tus zapatillas de una sola pieza sin utilizar pegamentos y lo harán con tejidos naturales flexibles y Biodegradables que tienen una alta resistencia.
Estamos ya hablando de que las suelas pasan a formar parte de un sólo elemento o bien de suelas que no generan desechos.
La sostenibilidad también está siendo protagonizada por compañías como la energética norteamericana NRG, que ha creado un prototipo de zapatillas con suelas de dióxido de carbono reciclado. El material base son los residuos gaseosos emitidos por las centrales eléctricas, que una vez capturados y enfriados, se separan del carbono para utilizarlo como material y crear una espuma plástica que forma las suelas de las zapatillas. Esto significa que la producción en sí misma genera prácticamente cero desperdicio y, por lo tanto, no deja ninguna huella ambiental significativa. Las zapatillas son un prototipo pero el material y el proceso están ahí, dispuestos para que la industria del calzado deportivo opte por producir suelas con emisiones de C02, evitando generar gas efecto invernadero.
LAS BIOFIBRAS Y LAS ALGAS
La industria del calzado deportivo ha dejado de depender de las pieles y de las gomas derivadas del petróleo.
Las biofibras y la espuma de algas son otros materiales que pueden pasar a ocupar su lugar. Puede que te cueste creerlo pero ya existen zapatillas echas con algas, y son espectaculares.
La marca de calzado minimalista y vegana Vivobarefoot ya está vendiendo varios modelos hechos con Bloom, un material híbrido a base de algas.
¿Qué hace Vivobarefoot?
Lo que hace Vivobarefoot es retirar, eliminar las algas perjudiciales para el medio ambiente de las principales vías fluviales de agua dulce del mundo haciendo que cada par de zapatillas ayude a dejar circular 215 litros de agua filtrada de regreso a los hábitats naturales, evitando que el equivalente a 40 globos llenos de CO2 se liberen a la atmósfera de la Tierra. Osea que no tan sólo son zapatillas producidas con materiales veganos si no que además ayudan también, como las suelas de dióxido de carbono de NRG, a evitar gases efecto invernadero.
ASÍ SERÁN LAS ZAPATILLAS DEL 2025
De modo que actualmente disponemos de la tecnología y de los materiales necesarios para producir zapatillas de un modo totalmente ecológico, podemos producir mediante sistemas innovadores, contamos con suelas con materiales amortiguantes inimaginables pocos años atrás como el BOOST de adidas y como las recientes suelas compuestas de las Nike Zoom Vaporfly que han batido récords. Ya existen zapatillas que se auto ajustan a nuestros pies como las Auto Disc de Puma o las Nike Adapt BB, que el equipo de Tinker Hatfield ha tardado 20 años en perfeccionar desde que conocimos su primer versión cinematográfica en regreso al Futuro 2, y ya podemos trackear nuestra actividad física, como ya hicieron Under Armour y Nike con las Training + mediante wearables en el 2012, aunque que poco a poco desaparecieron silenciosamente del mercado abrumados por las funciones de los nuevos relojes y teléfonos inteligentes, Pero ahora vamos a descubrir cómo serán las zapatillas del futuro.
Estamos en el 2025
Tan sólo han pasado 5 años desde que grabamos la primera parte de este programa de podcast en Suelasdegoma.fm y la industria ha cambiado por completo.
Las zapatillas han pasado de ser reconocidas por los usuarios como un simple calzado a convertirse en un elemento clave en nuestra relación con el entorno. Las zapatillas mejoran nuestra experiencia vital. En el 2025 las zapatillas cambiarán nuestras vidas, como lo hicieron los smartphones e Instagram en el 2013.
Los programas creativos fomentados por Nike mediante su House of Innovation y por adidas mediante los Creator MakerLab dieron sus frutos. Ambas compañías, líderes en el mundo del calzado deportivo, dieron rienda suelta a colaboradores, artistas, ingenieros y científicos que aportaron su visión sobre la nueva era de las zapatillas.
Hemos dejado atrás, en al menos un 50% de las colecciones, las zapatillas para niño, mujer y hombre y ahora existen colecciones transversales, accesibles para todos. Hay total libertad de elección y de expresión.
Todas las tallas y todos los estilos, para los niños que siempre han querido vestirse como los adultos, para las mujeres que siempre han buscado zapatillas de hombre, cansadas de los colores “para mujer” y para los hombres de pelo en pecho (o depilados) que siempre han renegado en voz baja cuando veían zapatillas de niños de sus super héroes favoritos y no podían comprárselas.
La estética de las zapatillas del 2025 sigue bebiendo ocasionalmente de la esencia dejada por los primeros diseños creados para la práctica del running y el baloncesto en los años 80 pero los nuevos materiales interactivos permiten que las zapatillas cobren vida y su diseño y colores no sean casi lo único relevante, como sucedía cinco años atrás, en el 2020. Lógicamente siguen lanzándose ediciones limitadas de la mano de artistas, marcas y establecimientos considerados líderes en la generación de nuevas tendencias de mercado, pero los consumidores ahora, a parte de comprar calzado normal, tienen la opción de comprar calzado inteligente, que mejora y amplía continuamente sus funcionalidades.
Las zapatillas están producidas con un upper y una suela que se adaptan a tu pie según las condiciones meteorológicas y tu actividad física. Si llueve o hace frío sus tejidos actúan para no dejar paso a las moléculas del agua y aprovechan el calor de tus pies para crear un calor confortable, permitiendo expulsar el vapor evitando la sudoración. Aúnan las ventajas de los tejidos impermeables del siglo XX pero se han sofisticado consiguiendo ser aptos también para días de riguroso calor. No hace falta tener zapatillas de invierno y de verano.
El ajuste al pie siguió sofisticándose y tal y como pronosticaba Tinker Hatfield las zapatillas se ajustan o se aflojan a tus pies inteligentemente, reconociendo la temperatura corporal y el riegue sanguíneo. Si estás practicando un deporte se ajustan debidamente y si están paseando o descansando adoptan otras medidas y ajustes más holgados. Todo ello siguiendo unas pautas que se corrigen desde la aplicación que contiene todos tus datos personales.
Existen versiones donde el tejido del upper y el compuesto de la suela, que en muchas ocasiones están formados por una sola pieza, pueden iluminarse cambiar de color o mostrar imágenes, idóneas para actividades donde se necesita por ejemplo señalizar una ruta, participar en la producción de un eventos promocionales, animar eventos, etc… Este es uno de los aplicativos más vintage pero se ha sofisticado y es realmente impactante, ¡como la evolución que vivieron los gráficos de los videojuegos!.
El interior de las suelas analiza tu pisada, se adapta a la forma de tus pies, correge posibles defectos de pisada y te advierten de la necesidad de ser renovadas cuando detectan que ya han sufrido un desgaste que puede provocar una mala pisada o sujeción sobre el terreno.
Transmiten señales y avisos.
Puedes configurarlas para que te avisen de que se acerca un vehículo que no tienes a la vista o ayudarte a seguir una ruta por ciudad o montaña mediante señales sensoriales y/o acústicas. Incluyen un geolocalizador para casos de emergencia o robo…e información, tan sólo accesible para equipos médicos, sobre nuestro grupo sanguíneo y estado físico y podrás inscribirlas a un programa que rastreará constantemente proyectos sociales que donen dinero por cada km tuyo recorrido a causas solidarias.
Y como no podremos activar todas sus funciones, como por ejemplo su sistema de lazado, tan sólo mediante una señal de nuestra voz, sin necesidad de apretar ningún botón ni de utilizar una app desde un smart wacth o un smart phone…
SNEAKERS WALLS / SNEAKER CLOSET
Para guardarlas y mantenerlas en forma tendrás a tu disposición un sneaker wall donde dejarás tus zapatillas inteligentes.
Unas estanterías tipo cofre donde depositarás las zapatillas para que se recarguen y para que se higienicen, eliminando olores y suciedad orgánica mediante una especie de baños de vapor que las dejan impecables y listas para su uso y que te avisarán en caso de ser necesario un lavado más intenso.
Las zapatillas del 2025 tendrán tejidos orgánicos inteligentes, habrán sido producidas sin dejar huellas de CO2 en el planeta, podrán reciclarse incluso en casa y podrán utilizarse como abono para cultivos.
Sus tejidos y componentes inteligentes nos permitirán recibir información e interactuar con ellas, habiéndose convertido en un dispositivo smart que nos permitirá interactuar con nuestro entorno de una forma activa, caminando, corriendo y no tan sólo mirando una pantalla.
Así son las zapatillas del futuro.
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